jueves, 5 de junio de 2014

Fase B - Día 1

Después de dejar en sus hoteles a Bob y a Andrea, hemos recogido a Jeremie en el aeropuerto. Hemos hecho una gran compra, que una vez en el puerto hemos estibado a bordo, acto seguido preparar comidas, hacer la colada y cargar agua, así como un lavado rápido del barco, que con el viento de estos días se ha llenado de polvo. Ronda de despedida de las autoridades.

A las 18,30 salimos de puerto, al principio viento de través que pasa a proa enseguida, cenamos una empanada que ha traído Jeremie, que nos sienta estupendamente, cae la noche y empieza el fresco. Nos organizamos para pasar la noche de guardias, dejando un poco de descanso al recién llegado.

La luna creciente sale la primera parte de la noche, cuando se oculta, se ven infinidad de estrellas y muchos barcos pesqueros en la mar, se ve que tienen que recuperar el tiempo perdido de la semana pasada.  Sale el sol, el viento flojo sigue de proa, confío que lleguemos a tiempo para alquilar el coche y poder llegar al aeropuerto, Jeremie tiene el teléfono de Dani y a través del was up podremos comunicarnos.

Una vez llegados al CAP BON (que en esta ocasión hace honor a su nombre) cambiamos el rumbo 40 º, inexplicablemente el viento sigue siendo de proa, menos mal que es suave. Pequeñas barcas se afanan buscando los pescados hambrientos al pié del acantilado. Antes de llegar al RAS EL MELAH, hay una aglomeración de pesqueros, muchas boyas en el mar, parece una almadraba, aunque no en la disposición típica, sea lo que sea, es mejor haberla pasado de día. Un barco naufragado al tocar en la restinga del cabo da testimonio de los bajíos.









Llegamos a las 11,30, trámites de llegada y llamada al alquiler de coches, partida hacia el aeropuerto. Josu y Maite se quedan ordenando y limpiando el barco y supongo que disfrutando de un rato de su soledad en pareja, al fin y al cabo están de LUNA DE MIEL.

Después De dos hora y media de carretera, llegamos al aeropuerto, me encuentro con Dani, que no sabe que hay tanto tiempo de camino. Nos vamos a Sidi Bousaid, que aunque ellos estuvieron el año pasado, Jeremie no lo conoce, visitamos una casa tradicional, que nos gustó mucho a todos. Luego una comida rica y barata, aunque para Claudia demasiado picante. La vuelta nos cuesta tres horas.
Encuentro en el barco, cervezas, cena, charla y a dormir.


JOSU:

Las despedidas siempre son tristes, pero como me enseñó un belga en Asturias: “para poder volver, hay que saber marchar”. Este es un dicho que siempre me viene a la cabeza cuando se da una situación de estas y que repito, supongo, para consolarme a mí y a los que lo leen.

Han sido quince días intensos, Entre ellos cinco de navegación atravesando las costas argelinas y después cuatro noches de hotel en diferentes ciudades tunecinas: Kairouan, Hammamet, Monastir y Soliman.  Por tierra hemos recorrido casi 1500Km y unas 750 millas por mar (unos 1400Km).


Hemos conocido a Jeremie y hemos hecho tres horitas de guardia juntos, contemplando un cielo oscuro, plagado de estrellas, constelaciones y alguna estrella fugaz que lo cruzaba. No hemos hablado mucho –ya sabéis cuál es mi dominio del francés- pero Jeremie habla algo de castellano por lo que la situación ha estado “controlada”.

En el puerto de Kelibia no hay sitio y después de llenar los depósitos de combustible,  nos abarloamos a un velero que está en reparaciones. Maite y yo nos quedamos a terminar algunos trabajos –no los requeridos en una luna de miel al uso precisamente- y salimos alrededor de las 3 de la tarde a comer en un restaurante junto al puerto. Nos ofrecen un gallo de San Pedro de 1Kg. No lo dudamos y nos sentamos en la terraza con vistas al puerto pesquero. Ensalada, sardinas, el San Pedro, melón y té. Para beber agua. Se nos ha olvidado el vino blanco que lo teníamos fresquito, fresquito (macachis!!).

Estas son las vistas:




Y este es el pez:



MAITE
Ayer nos despedimos Andrea y Bob. Bob se quedó en Sidi Bou Said, una despedida rápida y caótica, imaginar la única y estrecha calle que sale del parking y de la ciudad, y justo en la curva un coche que para, un chofer que da dos besos apresurados al copiloto y se baja, abre el maletero y comienza a vaciarlo … efectivamente el chofer era Bob y su maleta era justo la del fondo, del asiento trasero han  bajado otras tres personas  después de ayudarle a bajar su maleta y repartir besos y saludos proceden a guardar todo nuestro equipaje de nuevo…. algún claxon que suena, la gente mirando…, una despedida de las de “antes muertos que sencillos” jajajjjjjj

Con Andrea fuimos más moderados, le dejamos en la entrada del hotel. Se repiten los besos y abrazos y con esa sensación que dejan las despedidas nos dirigimos al aeropuerto en busca de Jeremie, comienza la fase B.

Llegamos justo a tiempo de ver como se acercaba una gran sonrisa con una gran mochila, esto marcha! le metimos en el coche y al ataque con  los preparativos para ésta nueva etapa: compras, organizar comidas ….

Salimos rumbo a Kelibia, me encantan las noches en cubierta, las charlas, los silencios, las estrellas …
Hoy día de relax y currelo, un poco de todo, lo de la comida ya os ha contado Josu, así que hasta la próxima. Besos



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